jueves, 10 de octubre de 2013


          INTERPRETACIONES DE KUKULKÁN


Las grandes obras son serenamente violentas.
  Y si en la palabra no hay enardecimiento será sólo un comentario en vez de un rapto.
Luis Cardoza y Aragón.


ROBERTO REAL DE LEÓN ha dibujado el camino por el cual transita, guiado por la luz, intensa luz que emerge de su interior y se filtra por las hendiduras de seres y objetos de la naturaleza.  Su obra, desde el movimiento o la quietud, provoca la integración de los sentidos porque los contiene. 
Respira.
Parte de la sobriedad de un geometrismo profundo, de formas austeras, para llegar a la figura a través de una evolución práctica y poética.  Existe siempre en su trabajo una búsqueda interior que deviene en transformación erótica de la realidad: re-creación de la sensualidad del mundo.

El dibujo ha sido presencia tangible en la pintura, escultura y cerámica de Real de León, elemento sustancial de su trabajo que gesta y activa la conformación de sus objetos artísticos.  Tal vez su preocupación por lograr los efectos deseados sea la causa por la cual el autor organiza la composición a base de trazos que no le interesa ocultar, porque forman parte esencial de ella.  En su pintura se adivinan las líneas bajo el color, como los cimientos de esa arquitectura que, en sus propias palabras, “por ser femenina tiene aroma”.

Roberto Real de León transforma, dibuja, inicia el vuelo y, con sus alas, ilumina la noche.


Elizabeth Hulverson.